Seguro que te ha pasado: conocer a alguien y en segundos sentir buena vibra o, al contrario, un mal rollo difícil de explicar.
No hace falta que hable mucho: a veces solo con su presencia lo notas.
¿Es magia? ¿Es un aura invisible? ❌ No.
Lo que llamamos “energía” tiene explicación en la ciencia, en la psicología y en la biología. Y entenderlo te puede cambiar la forma de ver a los demás… y de ver lo que tú transmites.
🧠 El cerebro detecta señales antes de que lo pienses
Nuestro sistema nervioso está programado para captar microdetalles en los demás: postura, tono de voz, respiración, mirada, microexpresiones.
Todo esto ocurre en milisegundos, antes de que lo procesemos conscientemente.
Por eso, muchas veces sentimos si alguien nos inspira confianza o desconfianza, aunque no sepamos explicar por qué.

🚨 ¿De dónde viene la “mala vibra”?
Expresiones claras de tensión.
1. La gente que transmite mal rollo lo hace por varias razones
Ceño fruncido, cara seria, mirada dura, cuerpo rígido.
Son señales que el cerebro interpreta como amenaza → incomodidad automática.
2. Incongruencia entre lo que dicen y lo que muestran.
Alguien dice “todo bien”, pero su cara muestra enfado o tristeza.
Esa incoherencia dispara nuestra alarma: “no me fío, algo no cuadra”.
👉 Esa sensación rara que tienes a veces al conocer a alguien no es intuición mística: es tu cerebro detectando microseñales que no encajan.

😃 ¿Y la buena vibra?
La buena energía también se nota, y tiene explicación:
1. Autenticidad.
Una sonrisa verdadera (la llamada “sonrisa Duchenne”, que activa los músculos de los ojos) genera confianza instantánea.
El cerebro distingue lo falso de lo genuino, aunque no lo pienses.
2. Contagio emocional.
Las emociones son contagiosas. Estar con alguien alegre y entusiasta hace que tu cuerpo libere dopamina y oxitocina → literalmente mejora tu estado de ánimo.
La risa compartida es uno de los ejemplos más potentes.
3.Coherencia
Cuando lo que alguien dice, cómo lo dice y lo que su cuerpo expresa están alineados, sentimos paz y confianza.
Esa congruencia se traduce en lo que llamamos “buena energía”.

🔄 La energía se contagia (para bien y para mal)
Pasar tiempo con personas negativas, derrotadas o tóxicas te drena.
Compartir con gente motivada, auténtica y alegre te eleva.
No hace falta hablar: basta con estar cerca. Tu cerebro social está siempre captando señales y reaccionando a ellas.
💡 Lo que puedes hacer

1. Hazte consciente de lo que transmites.
- No solo tus palabras: tu cara, tu tono, tu postura hablan más fuerte
2. Cuida tu energía interna.
- Dormir, entrenar, alimentarte y gestionar el estrés hacen que transmitas vitalidad en lugar de pesadez
3. Rodéate con intención
- No se trata de juzgar, pero sí de elegir con quién compartes tu tiempo y ánimo
4. Sé coherente
- Lo que piensas, dices y haces deben ir en la misma dirección. Esa coherencia se percibe y se agradece.
5. Recuerda que tu estado se contagia.
- Si quieres que tu entorno mejore, empieza por mejorar tu propia energía..
🌟 Conclusión
Lo que llamamos “energía de las personas” no es humo.
No es magia, ni vibraciones cósmicas. Es ciencia del comportamiento humano:
Microexpresiones,
Lenguaje corporal,
Contagio emocional,
Autenticidad,
Y la coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos.
Por eso algunos apagan una habitación al entrar, y otros la iluminan sin decir palabra. La pregunta es: ¿qué estás transmitiendo tú cada día?